"El boxeo es individual arriba del ring, pero abajo es equipo"

El taller de boxeo es uno de los que despierta mayor interés por parte de los jóvenes que se acercan al Centro Cultural y Deportivo. Son alrededor de 50, varones y mujeres que, en distintos días y horarios, realizan una intensa preparación física, aprenden la técnica y se animan al “guanteo” con el profe. Con el día a día, las pibas y los pibes fueron gestando relaciones que exceden al centro y se juntan para jugar al futbol o salir a entrenar. Te contamos esta experiencia que muestra las ganas que tienen los jóvenes de meterle un “gancho” en la mandíbula al ocio, para salir a entrenar, a transpirar la camiseta y a encontrarse con nuevos amigos.

Dentro de poco el taller de boxeo va a cumplir un año. Sin dudas, es el más concurrido del CCyD. Es una postal que entusiasma cuando uno llega al Centro, la de un puñado de jóvenes entrenando duramente en el salón central. Algunos recorren el circuito de calentamiento dispuesto al perímetro de la zona de entrenamiento sorteando los obstáculos. Otros le dan duro a las bolsas. Más allá un par hacen flexiones, abdominales y pesas. En el centro de la escena El Chino los espera con las manoplas. De a uno por vez, van pasando a corregir la técnica. 

El Chino.
Bernardino “El Chino” González es el profe encargado del taller. Hijo y nieto de boxeadores recorre los rines desde siempre. Empezó entrenándose desde muy chico con su viejo, que después de colgar los guantes se convirtió en preparador físico. Lo seguía a todos lados. Tuvo poco amateurismo, solo 22 peleas: “Me apuré, hoy me doy cuenta de que yo me hice profesional muy crudo, a los chicos que tengo hoy en día les aconsejo que hagan más peleas amateur, para ganar experiencia.” Debutó en el 2003 nada más y nada menos que con Lucas Matthysse el ex campeón mundial wélter de la Asociación Mundial de Boxeo. “La única pelea que Matthysse no ganó por Knok Out en argentina”, nos cuenta con orgullo. Recorrió gran parte del país con sus más de 33 peleas profesionales en las que enfrentó a grandes referentes del boxeo nacional. 

Grupos.
El Chino nos cuenta que al taller asisten 50 chicos y chicas, que se dividen en 4 grupos de 15 como máximo, con distintos días y horarios durante la semana. “A medida que se van conociendo se va fortaleciendo el grupo. Se juntan afuera, son muy compañeros. Lo que yo encontré en este lugar no lo había visto en otros gimnasios, y mirá que trabajé en muchos. Acá los pibes son un grupo. A veces hacemos juntadas para jugar al futbol. Siempre muchísimo respeto y compañerismo. Yo he dado clases en otros gimnasios, donde la gente va, hace su rutina y después se vuelve a su casa y a su vida. Van, se descargan y después no los ves más, no son un grupo como acá” relata con un dejo de grata sorpresa. 

La inyección anímica.
Los chicos llegan con muchas ganas, pero el Chino aporta un plus a su motivación: “Es impresionante el empeño que le ponen al boxeo. De todas formas, yo trato de meterles la inyección anímica: jueves por medio hacemos guanteo. Ellos atacan y yo me defiendo. ‘Cuando ustedes me peguen yo no hago más boxeo’, les digo en joda. Ellos se sienten desafiados y se preparan mucho para ese momento. Vos los ves en Facebook: ‘hoy me voy a dormir temprano porque mañana salgo a correr’. Ahí te das cuenta de que estas aportando un granito de arena. Porque esos chicos en vez de salir o de estar en la calle, se van a dormir temprano ¿Por qué? Porque mañana tienen que ir a correr, porque quieren estar bien para el jueves que hay guanteo.” 
Los pibes se apropiaron del lugar, se sienten parte de un grupo y están motivados para dar su mejor esfuerzo. La motivación es fundamental para prevenir el consumo en los jóvenes, así como también el fortalecimiento de los vínculos personales y el trabajo en equipo. Uno podría pensar que el boxeo es un deporte individual, sin embargo el Chino nos deja con esta reflexión: “El boxeo es un deporte en conjunto. Obvio que en el competitivo, cuando uno está ahí arriba del ring, está solo. Pero si vos no tenés el apoyo de un técnico, de una familia, o como acá, de otros chicos, no llegas a nada. El boxeo es individual arriba del ring pero abajo es en equipo.” 


¿Por qué boxeo?

Juan Sánchez, coordinador del CCyD y psicólogo social, nos explica porque el Centro apuesta a este deporte como propuesta para los jóvenes. 

“La práctica del boxeo exige, para poder sostenerla en el tiempo, una importante exigencia física, disciplina y cuidado del cuerpo, además de concentración.
El subtexto de la práctica regular del boxeo en el CCyD son los efectos subjetivos que produce: vemos día a día como los jóvenes mejoran su autoestima y capacidad física. A la vez, se ha constituído en un gran convocante de pibes que, quizá sin proponérselo, gestan vínculos con la Institución y entre sí.
Para nosotros el Boxeo es sinónimo de salud física y anímica. Es Amistad, Pertenencia, Contención, Proyecto. Nada de lo que el poderoso Show Business de Las Vegas pueda ofrecer.”

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